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La creación de este blog es el punto de inicio de dos personas (por llamarlos de alguna manera) con la necesidad de contar una serie de sensaciones, a través de un camino que les lleva a una meta común, aunque con destino físico diferente. Unos lo verán como progresion profesional, otros lo tacharían de egoismo personal, pero nosotros preferimos verlo como un estilo de vida. En este blog iremos relatando nuestros pensamientos y sensaciones durante el camino al DipACVIM.

martes, 27 de julio de 2010

Final de un ciclo

Hace tres años en este mismo mes acababa de terminar la Universidad. La inocencia de aquel momento me hizo caer muchas veces, aunque fue la misma inocencia la que hizo que me levantara. Hace dos años en la misma época dejaba mi familia y amigos para descubrir el valor de la palabra libertad. El 27 de Julio del año pasado empezaba el Internado después de mucho esfuerzo. Era mi segunda gran meta en este camino hacia la diplomatura. Justo un año después me veo al final de este internado y, como encontrándome en medio de las escaleras de Escher, donde todo parece una ilusión y la dirección cambia en cada escalón, me doy cuenta de que el denominador común a todas estas épocas en las que he cambiado mi vida de forma radical, ha sido el entusiasmo con que he empezado cada una de las etapas. Esta especial característica hace que podamos conseguir todo aquello que nos propongamos, y gracias a ella he podido descubrir que el ser humano no tiene limites.
Lo que más me ha sorprendido del internado es el número de personas que he conocido. Me ha sorprendido porque cualquiera que se adentra en este camino lo hace sobretodo por el tema profesional, adquirir un mayor nivel de conocimientos, etc... sin embargo se infravalora la oportunidad de conocer a personas excepcionales. Aunque todas y cada una de ellas me han aportado algo, quisiera dedicar este post (aunque dudo mucho que lo lleguen a leer algún día) a tres personas que he conocido. Ellos me han enseñado muchas cosas, profesionalmente, personalmente, e incluso musicalmente! y gracias a ellos recordaré el internado como uno de los mejores años de mi vida. 
La incertidumbre de no saber lo que nos espera en nuestro siguiente día es la sensación que nos recuerda que estamos vivos.

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